En cumplimiento de la mencionada ley, las líneas aéreas brasileñas debían incluir al menos una valija gratis de no más de 23 kilos para vuelos domésticos y de 30 kilos para vuelos internacionales. Como argumento al veto, se señaló que la propuesta va en contra del interés público, que necesariamente incrementaría el costo de los servicios aéreos, limitaría sus posibilidades de regulación y restaría atractivo al mercado aerocomercial brasileño para potenciales nuevos protagonistas (especialmente a las low cost), además de contribuir a aumentar los precios de las tarifas aéreas. 

Por regla general y a nivel global, el transporte de equipaje se determina en un contrato adicional al del contrato de transporte de pasajeros, dando al pasajero la opción de elegir la forma de transporte del equipaje. Una franquicia de equipaje, por los costos que significaría en términos de manejo de embarque, desembarque, riesgos de daños y eventuales perdidas se traduciría en costos adicionales que tendrían que trasladarse al pasajero en el precio de sus tickets.

Brasil igualmente mantiene acuerdos bilaterales con alrededor de 115 países, que en mayoría mantienen y establecen la libertad de suministro y tarifa. “El veto también es de interés público, ya que aprobar la ley significaría un retroceso en la modernización y flexibilización del marco regulatorio del sector, además de constituir una intervención estatal en el mercado de la aviación y en total desacuerdo con las prácticas internacionales”, detallan desde el gobierno

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