A partir del viernes, la ciudad reducirá la cuarentena hotelera obligatoria para viajeros procedentes del extranjero a tres días, en la que será la cuarentena más corta del destino desde el inicio de la pandemia.

Los viajeros deberán permanecer en cuarentena durante tres días en un hotel designado y luego someterse a cuatro días de vigilancia medica durante los cuales sus movimientos serán restringidos mediante el uso de un sistema de código de salud. La medida se aplicará buscando equilibrar los daños contra las actividades económicas y la vida social y luego de analizar la evidencia científica y los datos para controlar los factores de riesgo.

Los cambios en las políticas de COVID-19 se producen a pesar de un aumento en las infecciones diarias, que las autoridades de salud de la ciudad advierten que podrían duplicarse a 8.000 en las próximas semanas. Durante su semana de cuarentena y vigilancia, los viajeros también deberán hacerse pruebas periódicas de COVID-19 y quienes presentes resultados negativos podrán usar el transporte público e ingresar a centros comerciales y mercados, pero no pueden ingresar a bares y parques de diversiones ni visitar hogares de ancianos, escuelas y ciertas instalaciones médicas.

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Durante la mayor parte de la pandemia, Hong Kong ha impuesto algunas de las restricciones de entrada de COVID-19 más estrictas del mundo. En un momento, Hong Kong requirió hasta 21 días de cuarentena hotelera obligatoria para los viajeros y un mecanismo "disyuntor" que prohibiría los vuelos de ciertas aerolíneas a la ciudad si importaban demasiados casos de COVID-19.

Estas medidas han devastado la industria turística de la ciudad e interrumpido los viajes de negocios a una ciudad conocida por ser un centro financiero internacional y un centro de negocios.